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Sunday, March 22, 2020

La pintura protectora

Gerardo Elorriaga escribe en Territorios este fin de semana sobre 'Seres apátridas', la muestra de nuestras pinturas en colaboración en Torre de Ariz: 

'La pintura protectora'

Raisa Raekallio y Misha del Val comparten lienzos y una visión libre de la práctica pictórica.

 

La Visión de los náufragos cubiertos por una manta térmica es ya un icono de nuestro tiempo. La televisión ha difundido profusamente escenas reales de individuos ateridos, generalmente sentados en la cubierta de un barco de rescate y cobijados por esa prenda metálica. Raisa Raekallio y Misha del Val utilizan el imaginario colectivo para construir una metáfora en torno a la pintura, entendida, en su caso, como una práctica que, de alguna manera, también les protege y, sobre todo, confiere sentido a sus vidas. La exposición “Seres apátridas', recién inaugurada en la Torre de Ariz, da cuenta del trabajo de esta pareja formada por finlandesa y vasco, residentes en Laponia, que pintan a cuatro manos. La muestra forma parte del programa de esta entidad, todo un itinerario por el arte emergente y consolidado de la escena local.

La muestra no pretende ser una estricta reflexión sobre el fenómeno contemporáneo de los desplazamientos políticos. El punto de partida es, en todo caso, una propuesta para hablar de esa condición del individuo, sin relación con un origen, identidad, género o clase social, sometido a un constante proceso de cambio, a veces generado por la pérdida. Sus rostros aparecen desvaídos, inacabados, desvelan su vulnerabilidad y pierden protagonismo frente a esa manta de aluminio que se extiende en primer plano, con efectos tornasolados. La pieza de abrigo se convierte en un caleidoscopio, el reflejo de todo un mundo que apenas se atisba. 

Esa ambigúedad constituye uno de los atractivos de la exposición, una propuesta de sorprendente coherencia formal, a pesar de ser fruto de dos autores. «No permitimos que las ideas limiten nuestra aventura», apuntan. «Queremos que la obra pueda generar múltiples interpretaciones». La creación de Raekallio y Del Val apela a las emociones sin caer en el sentimentalismo. Su vida, en las inmediaciones del Ártico, está condicionada por la influencia del clima extremo, pero el pintor bilbaíno niega una influencia directa. «No me gustaría caer en el romanticismo de Gauguin», advierte, aunque señala la influencia de esa poderosa naturaleza. «Se impone y aparece otro tipo de saber, basado en la intuición, que se traslada a la pintura».


Hasta el 29 de marzo.

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